Monday, March 14, 2011

Sólo me acaricia en la cama


Andrea (35, Cha­clacayo). Tengo cinco años de casada y lamentablemente mi matrimonio no va muy bien, pues mi esposo me expresa sus más guardados sentimientos a través de caricias y apasionados besos sólo cuando tenemos intimidad, luego de ello se convierte en prácticamente un extraño.

La verdad, no sé qué le pasa, pues este problema viene desde que éramos novios, siempre mostró una seria dificultad para expresar lo que sentía por mí cuando estábamos junto a un grupo de amigos, familiares o cuando salíamos a pasear, frente a ellos no me abrazaba ni me tocaba.
En ese entonces no le presté mucha importancia a lo que pasaba, pues creí que todo pasaría al transcurrir los años y al estar ya casados.

Pero me equivoqué, pues como le conté, él sólo se "abre" conmigo cuando estamos desnudos y bajo sábanas, y no exagero al afirmar que se vuelve el hombre más apasionado y a la vez tierno que he conocido en toda mi vida.
Sin embargo, luego de hacer el amor, al igual que cenicienta, al sonar las doce campanadas vuelve a su realidad, me da la espalda, dejando en mí la sensación de que todo fue un sueño que se repite cada vez que tenemos intimidad.

Amo mucho a mi esposo, con quien hasta ahora no hemos podido tener hijos, pero esta situación realmente me incomoda, pues creo que toda mujer necesita ser acariciada y sentirse amada, no sólo en la cama.
Varias veces he conversado con mi pareja, sobre todo lo revelado en esta carta, pero a él parece no importarle, pues sólo me escucha y me dice que esa es su forma de ser y que yo soy muy exagerada.
Hasta le he dicho que acuda a un psicólogo por el bien de nuestro matrimonio, pero se hace el sordo.
¿Qué puedo hacer, doctora? Tengo miedo de que se arruine mi hogar y, sobre todo, tener que separarme del hombre que amo.

Consejo:

Tranquila. Según lo que me cuentas, tu esposo al parecer padece un problema que debe ser tratado por un psicólogo y para que él esté dispuesto a ponerse en manos de un especialista debes tener mucho tacto y paciencia para convencerlo. No te desespere

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