
Existen cuatro tipos de piel, a continuación te presentamos las características de cada una de ellas. Averigua qué clase de piel tienes tú.
PIEL NORMAL: Está caracterizada por lo elástica que es, permite estirarla sin problema alguno. Es una piel suave, no tiene espinillas o alguna acumulación grasosa. Otra característica es que le permite al cuerpo transpirar de forma natural. Tiene un agradable color a la vista.
PIEL GRASOSA: La piel grasosa tiene un brillo excesivo, los poros de la zona de la nariz se dilatan con bastante frecuencia. Tiene abundantes barros y espinillas, y cuando se le aplica maquillaje se corre con mucha facilidad.
PIEL SECA: Se caracteriza por ser áspera, padece de escamaciones, y es sensible a cambios de clima. Aunque se practique deportes tiene poca transpiración, y es más fácil observar en ella aparición precoz de arrugas, especialmente en la zona de los ojos y en la que rodea la boca.
PIEL MIXTA: Este tipo de piel no tiene unas características fijas, por ejemplo en algunas partes aparece normal y en otras seca.
Ahora que sabes cuál es el tipo de piel que tienes, puedes escoger un mejor tratamiento facial para combatir y prevenir las arrugas, la resequedad, y gozar de una piel envidiable. No olvides que un rostro sano y limpio irradia belleza y juventud.
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